Las casas cúbicas de Rotterdam se han convertido, por su originalidad, en uno de los lugares más visitados por los turistas y en uno de los emblemas de la ciudad.
Fueron diseñadas por Piet Blom en el año 1984, realizando un experimento arquitectónico en el que iba a prevalecer la estética sobre la funcionalidad.
Este complejo está formado por 38 casas, la mayoría de ellas habitadas y pequeños comercios. Al no descansar completamente sobre el suelo sino sobre una inclinación de 45 grados producen un efecto muy peculiar tanto exterior como interiormente.
Una de ellas se ha reconvertido en museo y es posible visitarla. Es muy recomendable entrar y sentir la mezcla entre agobio y sorpresa, con paredes que convergen hacia uno y muebles que extrañamente encuentran su lugar ideal. En la parte de arriba hay una especie de solarium, ideal para leer, tomar algo y relajarse.
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