Preocupaba que los cultivos transgénicos pudieran contaminar  al resto de plantas, y que los alimentos manipulados aumentaran la incidencia de  las alergias y otros problemas de salud en los seres humanos. Lo que no se  esperaba es que los genes manipulados fueran incorporados por la flora  bacteriana que habita el intestino de los animales y de las personas. Es una de  las primeras sorpresas ofrecidas por la investigación sobre unos productos que  ya se encuentran en las estanterías de los supermercados. La noticia apareció  publicada en la revista Nature Biotechnology, una de las principales  divulgadoras de la supuesta utilidad de los cultivos transgénicos. El autor del  estudio Trudy Netherwod, ha podido demostrar que la flora de personas que sufren  patologías gastrointestinales puede adquirir y reproducir secuencias manipuladas  del ADN de plantas transgénicas.
FUENTE Y MÁS INFORMACIÓN:  Revista CUERPOMENTE, Nº 139











